martes, 26 de octubre de 2010

Here´s come the sun =) #bonustrack!

Me encanta el sol!


Me abriga, me reconforta. Muchas veces lo insulto porque me calcina sin previo aviso. Sin embargo, son muchas más las veces que me regaló momentos inolvidables. ¿Qué sería de nuestra vida sin el sol? Es simple: no existiríamos.
Algo tan grande y fundamental, y al mimo tiempo, tan ignorado. ¿Cuántos minutos por día dedicamos a pensar en el sol? Supongo que muy pocos, o ni siquiera uno.
Los pensamientos que le dedico en este instante deben ser una gran excepción. También pienso que su inmenso volumen debe ser proporcional a la indiferencia que le brindamos los seres humanos en este mundo tan vertiginoso.
Miremos al sol de vez en cuando, saludémoslo, pensemos en él. Es un gigante dormido que merece ser recordado más a menudo. Aprendamos de nuestros ancestros que jamás lo olvidaron.
Es un consejo: tómenlo o déjenlo, yo soy feliz de habérselos expresado. Queda en ustedes luego tenerlo en cuenta, o sepultarlo en el olvido. Por mi parte, dejo el lápiz y me voy a ver al sol!


*stop


Las puertas se abren en Villa Luro, pero es cómo si no se abrieran, como si nunca antes lo hubieran hecho, ¿Qué secreto resguarda este lugar inhóspito?

La escritura más provechosa...


La escritura puede funcionar como un mecanismo de ofensa. Escribo hijo de puta, basura, mierda, sorete, escoria, parásito y estoy ofendiendo. También puede funcionar como una forma de canalizar la ira y desenmascarar lo oculto. Escribo corrupto, denuncia, legal, incorrecto, injusto, desleal, deshonesto, y lo estoy haciendo.
El oficio de escribir nos puede conducir por múltiples caminos. Queda en nosotros elegir el que consideremos más apropiado. Por mi parte, veo con buenos ojos la denuncia como una forma respetuosa de “ofensa sin ofender”. Es decir, arrojándole en la cara al responsable nuestra verdad del asunto, aunque tal vez no sea correcta. Esa, a mi parecer, es la escritura más provechosa.

martes, 19 de octubre de 2010

"Nunca estamos solos VS Siempre estamos solos..:"



NUNCA ESTAMOS SOLOS :

Por más alejados que estemos de las personas, por más aislados que le parezcamos a cualquiera, jamás estamos solos. Siempre alguien nos acompaña. Aquel amigo que nos ayudó esa vez, esta con nosotros en un recuerdo. Aquella banda que siempre nos levantó el ánimo, va con nosotros en alguna canción. Aquel canalla que no lastimó, va con nosotros en esa lágrima. Aquel que nos amo y que aún nos ama, va con nosotros en esas cosquillas en la panza, en esa explosión en el pecho. El concepto de soledad no existe. Es un hecho.



SIEMPRE ESTAMOS SOLOS :

En algún momento de la vida, siempre, no hay escape. Siempre nos sentimos, solos, abatidos, abandonados. Podemos estar en medio de un recital colmado de personas y sentirnos solos. Caminando por Acoyte y Rivadavia en hora pico y sentirnos solos. Abrazar a nuestra madre y sentirnos solos. Irnos a dormir solos y sentirnos solos. Nunca podemos esquivar esa sensación. La soledad nos atrapa y nos aprisiona hasta el fin de los tiempos. No existe otra perspectiva posible.

Mi vida es una mierda...¿Lo es?

Me encontré con un viejo amigo, que hacía tiempo que no lo veía. Me comentó de su vida, su historia reciente, su trabajo, su esposa, su amante, sus hijos, sus deudas, en fin, me contó sus penas. No le salía una como el pretendía. -Mi vida es una mierda! Repetía una y mil veces. -Mi mujer que cada día me trata peor, mi amante que no me la puedo sacar de encima, las deudas me están ahogando, el trabajo que ya casi no me deja vivir. No tengo salida, vivo amargado, triste, por el piso! Estoy en la ruina!

Después de escuchar su relato, me sentí agotado. Me consumió por completo la energía, me fatigó. Hice una pausa por un segundo y me detuve en una de sus frases:

Mi vida es una mierda!

Recordé la foto que llevaba en mi bolsillo derecho. Se la mostré.

-Mirá, le dije, cada vez que pienso que mi vida es una mierda, aprieto los dientes y miro esto.

Mi amigo se quedó helado, no emitía sonido. La imagen lo paralizó.

-Mirá sus rostros, sus mano, sus expresiones. Observa como se sienten, como caminan, su transpiración. Respiran desazón, desesperanza, malestar, cansancio. Detenete en su mirada, sus gestos...¿Y? ¿Seguís pensando que tu vida es una mierda?





¿Vivis peor qué ellos?





¿Y qué ellos, que ni siquiera saben el enorme mal que causan, tan inmenso que termina condenando a los anteriores? ¿Tu vida es una mierda todavía?

¿Y?


Puedo perder el colectivo y llegar tarde al médico. Puedo, quizás, torcerme el tobillo jugando al fútbol. Se me puede acabar la tinta de esta lapicera. Se puede romper la computadora donde tipeo este escrito mientras lo estoy tipeando. A mi papá lo pueden echar del trabajo. Puedo desaprobar un final, o ni siquiera eso, puedo dejar la facultad donde asisto. Puedo rendir mal mi examen de manejo. Me puedo pelear con mi novia. Puedo decepcionar a mi vieja. Me pueden putear, insultar, ofender, rebajar, agredir. Me pueden escupir. Puedo pinchar la rueda del auto. Un piquete puede retrasar media hora mi regreso a casa. Me puede pasar todo eso... ¿Y? ¿Cuál hay? Estoy vivo.

A veces, me gustaría ser un perro...


Envidio esa calma que tienen a la hora de ser ellos . Esa tranquilidad, esa paz, aquel amor a la vida que les permite contentarse con tan solo dormir al sol. Aquella capacidad de saciarse con cualquier porción de alimento que para nosotros sería un desperdicio. Aquella seguridad que les permite enfrentar las calles y ser autónomos sin necesidad de recurrir a nadie más que a ellos mismos. Aquella valentía que los vuelven bestias feroces de escasos cincuenta centímetros de altura y les permite hacerles frente a cualquier grandulón que ose acercarse a su territorio.

Otras veces me pasa que me siento un perro. O por lo menos, no me preguntes como, siento que fui un canino alguna vez. Son aquellos momentos en los que sonrió y me disperso pensando en la nada misma. O tal vez, mirando un perro echado, recuerdo, rememoro mi pasado.

domingo, 17 de octubre de 2010

"El pasado..:"


¿Qué hago acá? Voy a hacer un poco de memoria, no puede ser esto. A ver, por donde empiezo. ¿Dónde me enfoco para comenzar a recordar? Mi memoria me dice que nací un 8 de febrero de 1991, pero la verdad que no lo recuerdo, para mí es solo algo que me contaron que pasó. ¡Ah que curiosa es la memoria humana, que borra un acontecimiento tan clave en nuestra vida como nuestro nacimiento, y deja intactos otros tan despreciables que, por más que ansiamos que desaparezcan, jamás se nos van!
De niño vivía en Capital, pero tampoco recuerdo mucho. A los 6 años me golpearon un par de veces, me maltrataron, me hicieron reír y llorar, me dieron regalos, me hirieron y me hicieron mimos. Pero esos recuerdos también son vagos, nebulosos.
Basta! No tengo que vivir de recuerdos. Al fin y al cabo, siempre son turbios, opacos, rara vez son nítidos. Están allí, cubiertos de polvo en una vitrina, pero solo para mirarlos y entender que ya pasaron. No nos arrepintamos, no nos pongamos tristes, que todo ocurrió por algo, y con un objetivo.¿ Quién sabe si aquél episodio tan oscuro, sí, ese que ahora se te viene a la mente, no está allí para decirte Ojo! Ya sufriste demasiado, no tienes por que volver a pasar por esto! Busca lo mejor, porque te lo mereces! ¿Por qué no, aquella mala experiencia no sirvió para aprender, equilibrar tu mente y crecer? Siempre te levantaste, aunque a veces ni siquiera te hayas dado cuenta. Los recuerdos son advertencias, son como fotos que evitan que no olvidemos tanto de lo bueno, como de lo malo. Ambos son armas valiosas para nuestra vida, ya que los buenos, nos reconfortan, y los malos no curten ,nos fortalecen.
Todo pasó. Lo que aún no pasó nos espera, y hacia allí vamos!


"El presente..."


Pará! Analicemos el momento. Un tren que une la zona oeste del conurbano con el corazón de la city porteña. Un joven, sentado en el piso del primer vagón, mastica chicle y escribe en un anotador.
Se lo ve concentrado, pensante, viviendo el momento. Se lo nota perdido en la inmensidad absoluta. Parece que nada lo perturba, nada lo inquieta. Solo está ahí, en ese instante, él , su lapicera y su anotador. El presente, no hay otra historia. No vive el pasado porque ya pasó. No mira el futuro porque aún estamos esperando que pase, y cuando pase, pasará tan rápido que ni siquiera lo veremos.
Esperá! ¿Acaso ese jóven vive el presente como debe ser? No lo sabemos. Por lo que podemos observar, al menos eso parece. Aprovecha su tiempo, lo exprime. O por los menos hace el intento, y eso ya es más que valioso....

"Hoy abracé a un árbol..."



Hoy abracé a un árbol y fui feliz. Percibí sus raíces, su corteza, sus ramas y me sentí pleno. Por un segundo, la naturaleza y yo fuimos uno.

Hoy abracé a un árbol y me sentí completo. Lo que no cerraba, cerró, lo que dolió se detuvo, y lo que molestaba desapareció.

Hoy abracé a un árbol y amé. Amé como nunca antes a mi mundo, a mi amada, a mis amigos, a mi familia. Me amé a mi mismo.

Hoy abracé a un árbol y me sentí vivo. Me fundí en su esencia, dominé mi cuerpo, controlé mis emociones y dejé volar mi mente.

Hoy abracé a un árbol. Cuanto podemos sentir con tan poco.


"Inspiración"


Hoy no estoy inspirado. El aire del tren me desvela, me paraliza, pero al mismo tiempo me calma. Fuerzo una y mil veces el papel, aprieto la pluma, pero no sale nada . No hay frase alguna que valga la pena, porque hoy no es mi día y así me predispuse. Me motivo a que hoy no será la tarde perfecta, la noche tan ansiada, aquel amanecer soñado. Pero ¡Momento! Las palabras salen, mis manos aún funcionan y escriben. Mi cabeza piensa, mis ojos ven. Mi corazón aún siente, mis oídos escuchan. Aparecieron más frases de las que pretendía. Quizás la falta de inspiración sea la fuente perfecta. Ya está. Encontré mi musa en este día nublado.